Hace ya años, cuando empecé a estudiar árabe, no sabía absolutamente nada de su lengua ni de su cultura. Podría decirse que escogerla como lengua de estudio en la universidad fue una elección a ciegas, pero no es así, pues lo que me empujó a hacer esta elección, lo primero y lo único que me atraía de esa lengua, era su escritura y el deseo de algún día poder escribirla. Sin embargo, hasta hace poco más de un mes nunca había tenido un cálamo entre mis manos y apenas conocía la caligrafía árabe.
He tenido la suerte de poder disfrutar de dos talleres de caligrafía organizados por Casa Árabe que me han hecho descubrir el arte de la caligrafía árabe y picarme el gusanillo de su práctica y su estudio. El primero, impartido por el calígrafo Ricardo Vicente Placed (podéis ver un video suyo aquí y algo de información sobre su estudio de caligrafía aquí) tuvo una semana de duración. En él recibimos una visión general pero completa de este arte: breve historia, introducción a los estilos principales, manejo del cálamo y aprendizaje del estilo zuluz. El profesor vino cargado desde Binéfar con numerosos libros y materiales, por lo que también pudo hacernos una demostración de los útiles usados en caligrafía: talla del cálamo, superficies de escritura, elaboración de la tinta, herramientas de escritura (cálamos, plumines, plumas…), etc.
El segundo lo organizó el Centro de Lengua de Casa Árabe y aunque duró solo una tarde fue muy intenso y gratificante. Lo impartió en árabe el reputado calígrafo sirio Jaled al-Saai (o, transcrito a la inglesa, Khaled Al-Saai. Puedes ver ejemplos de su obra aquí y aquí, y una breve reseña en español de su obra aquí), que nos enseñó a escribir en estilo sunbuli, un estilo “moderno” de apenas un siglo de vida, y obsequió a cada alumno con una obra improvisada.
El taller tuvo como colofón el día siguiente una performance artística en la que el laudista sirio Hames Bitar improvisaba sobre diferentes maqamat y Jaled improvisaba sobre distintos estilos caligráficos inspirándose cada ocasión en un poema. Fue un despliege de notas y colores sorprendente, la creación de uno iba apoyándose en la del otro, lo que multiplicaba el impacto artístico. Fue un espectáculo bellísimo que me temo será irrepetible.
La caligrafía es un arte tan antiguo como la escritura misma, que ha evolucionado siglo a siglo a manos de escribas, califas y artistas y que incluso hoy es un medio de innovación y creación artística. Se trata de un arte vivo, polifacético y de una riqueza inabarcable en el que tanto la forma como el contenido desprenden una belleza evidente. A mí ya me tiene cautivado. En los próximos posts compartiré con vosotros lo poco que sé para que degustéis conmigo algo de su historia, sus principales manifestaciones y su indiscutible encanto. Espero que os guste.
6 Comments
[…] al Sa’i (خالد الساعي), de quien ya hablamos brevemente, es un calígrafo sirio de firme formación tradicional, que ha optado por la caligrafía […]
Se me ponen de punta los pelos al leer esta entrada que me he topado por casualidad, y más viniendo de un colega traductor de árabe (bueno, yo aún estoy en formación). Gran entrada, muy buena.
Tuve la suerte de asistir a un cursillo que se realizó ahora hace 15 días en Casa árabe y duró una semana entera. Lo impartió Khaled Al-Saai. He de decir que solo de recordarlo me emociono. Es un hombre que por su cercanía y su amabilidad me llegó muy profundamente y me siento muy honrado y agradecido por haber tenido la oportunidad de ser “alumno” suyo.
P.D. Grabé en video todas las explicaciones que dió durante el cursillo y las subí a Youtube, aquí tienes la lista de reproducción: http://www.youtube.com/playlist?list=PL3E348216335E3279
¡Otro afortunado!
Me alegra que también gozaras de ese privilegio. Buena iniciativa la de subir los videos, por cierto.
Un saludo, Christian, espero poder seguir leyendo por aquí tus comentarios
Ciertamente, fue un honor y una suerte. ¡Ójala vaya a México y puedas disfrutar tú también de una experiencia así!
Qué honor debe haber sido tomar ese taller con Khaled. Eres muy afortunado!
Qué honor debe haber sido tomar ese taller con Khaled. Eres muy afortunado!