Amor, sexualidad y matrimonio en el islam, de Waleed Saleh, es de estos libros que llaman la atención con solo saber de su existencia: un título resultón pero elegante, un tema que despierta la curiosidad (por no decir el morbo) y un formato breve que augura una lectura cómoda. Lo adquirí hace ya tiempo con mucho interés, pero hasta estas navidades no he tenido tiempo de leerlo.
Se trata de una obra por su título ambiciosa, pero cuya brevedad (225 páginas) deja claro que la tónica general de la obra será la concisión y la intención divulgativa. Así lo confirma el autor en la introducción: «Hemos querido resaltar en cada uno de los puntos tratados las consideraciones a nuestro juicio más relevantes para el lector en lengua española. Nuestro objetivo ha sido atraer la atención y suscitar el interés ante un tema tan desconocido por la cultura occidental».
Sin embargo, si algo se puede criticar a la obra es, precisamente, la poca relevancia de parte de la información seleccionada. El tratamiento de cualquier tema bajo el rótulo “en el islam” puede dar para hablar de muchos aspectos, verbigracia lo que dicen el Corán y la Sunna del tema, cómo han interpretado el concepto juristas y hombres de religión, cómo ha estado presente en la sociedad musulmana a lo largo de la historia o cuál es la situación en la sociedad musulmana actual. El autor no se ciñe a un solo aspecto, sino que trata de equilibrarlos todos, en algunas ocasiones con más éxito que en otras, y descuidando más veces de las debidas el análisis de la situación actual, que es lo que seguramente atraiga al lector que quiera conocer más sobre el mundo musulmán.
Tras un primer capítulo, del todo omisible, donde se seleccionan versos clásicos que alaban ciertos rasgos de la mujer, el autor aborda a continuación el concepto del amor para los musulmanes a lo largo de la historia. Si bien es este un capítulo muy curioso, que da a conocer los distintos tipos de amor en la tradición médica y literaria árabe, presenta amantes de renombre y analiza sorprendentes tratados médicos y filosóficos clásicos, no parece arrojar luz alguna sobre cómo viven hoy los musulmanes el amor.
Los capítulos centrales están dedicados a la sexualidad y otros asuntos controvertidos como el adulterio, el aborto y la homosexualidad. Para quien no esté familiarizado con el islam puede sorprenderle que «el islam, como dogma o sistema de vida, no ha sido indiferente al sexo, sino que ha establecido normas y reglas y aconsejado a sus fieles para el buen funcionamiento de las relaciones sexuales. Los teólogos y exégetas del Corán, así como los juristas, han procurado organizar las relaciones sexuales entre hombres y mujeres dentro de un marco definido para evitar dudas y problemas que puedan surgir en su práctica. Por su parte los ulemas, en sus estudios y tratados, han analizado exhaustivamente todos sus detalles, guiados por el conocido proverbio “la vergüenza no tiene lugar en la religión”» (p. 77).
Al tratar la sexualidad en el islam, Waleed explica las menciones del Corán y el Profeta al sexo, el papel del coito dentro del matrimonio y los roles del hombre y la mujer en las relaciones sexuales según la tradición musulmana, el uso de anticonceptivos, el aborto y la ablación del clítoris. «El matrimonio significa procreación en el islam, pero también placer, gozo y satisfacción; un placer que está unido intrínsecamente al acto sexual. Por lo tanto, satisfacer el deseo sexual es casi un deber moral y religioso» (p.81) escribe el autor refiriéndose a una religión que, a pesar de la imagen que pueda dar, no infunde en sus creyentes, a priori, la fobia al sexo.
A continuación trata el adulterio, y los castigos contemplados, según la tradición musulmana, para el adúltero y la adúltera, así como las “trampas” y estrictas condiciones requeridas para demostrar el adulterio de un hombre: «[Los testigos] deben ser hombres justos que den una única versión y hayan asistido en el mismo momento de la relación sexual completa, percatándose de la penetración tal y como se introduce el pincel en el estuche de kuhl, o como se mete la llave en la cerradura o la pluma en el tintero. Hay juristas aún más exigentes, que solicitan a los testigos tender un hilo entre los dos cuerpos y solamente considerarían la prueba fehaciente si el hilo quedase obstaculizado por la unión de los dos genitales» (pp. 96-97). También menciona la desigualdad en el trato de hombres y mujeres en algunos sistemas jurídicos árabes.
Más tarde aborda la prostitución, esta vez sí desde una perspectiva más actual. Tras recordar la prohibición coránica a la prostitución (al parecer fenómeno extendido en la Arabia preislámica) y los castigos previstos para quienes se relacionan con la prostitución (lapidación y latigazos, que ya no se aplican), recorre varios sistemas jurídicos de países árabes y comenta brevemente la situación de la prostitución y la trata de mujeres en algunas sociedades musulmanas de ahora, fenómeno más extendido de lo que pudiera parecer: «En los países árabes y musulmanes, bajo la apariencia de sociedades muy cerradas que no toleran las relaciones sexuales prematrimoniales o extramatrimoniales, la realidad cotidiana es otra bien distinta. En la mayoría de las grandes ciudades (Teherán, Estambul, El Cairo, Damasco, Casablanca…) se ejerce la prostitución de forma habitual, y los jóvenes se las ingenian para practicar sexo al margen de la ley o las costumbres» (p.101). Cierra el capítulo una selección de obras de la literatura árabe contemporánea en las que aparece reflejada la prostitución.
La homosexualidad recibe también el rechazo por parte del Corán, el Profeta y el derecho islámico, que condena también el coito anal con mujeres. Curiosamente, no parece cumplirse la que aquí llamamos ley de Mahoma: «La cultura arabo-islámica distingue el papel activo y el pasivo en la pareja homosexual entre hombres. En determinados ambientes se ve al que desempeña el primer rol con admiración y, tal vez, hasta con envidia, pues representa la imagen del macho que conquista y seduce, que domina la relación y tiene la capacidad de gozar de su sexualidad y satisfacer sus deseos. […] Al contrario, quien asume el rol pasivo es humillado, deshonrado y explotado sexualmente» (p.116). Tras mencionar algunas obras literarias que tratan el tema, rememora algunos sucesos sonados y recientes relacionados con la homosexualidad, pero por desgracia detiene su exposición mencionar «la situación de gays y lesbianas en los países árabes y musulmanes» donde «una tímida apertura va permitiendo a estos la conquista de un espacio prácticamente inalcanzable» (pp.121-122), sin ofrecer detalles que justifiquen esta afirmación.
La pederastia se trata muy de pasada, a través de un par de textos antiguos. Luego se pasa a la zoofilia, uno de los apartados, a mi juicio, más divertidos, pues no solo se aluden los castigos que las diferentes escuelas jurídicas imponen a la persona que la practica, sino cuál debe ser el destino del animal. El capítulo se completa con algunos relatos clásicos muy cómicos sobre zoofilia. Por último, se menciona brevemente la masturbación y el lesbianismo, que «son dos actividades sexuales consideradas por los juristas musulmanes un placer incompleto, y no alcanzan, por tanto, la categoría de una relación sexual que merezca un castigo severo como los otros contactos sexuales ya mencionados» (p.132).
Prácticamente un cuarto del libro se dedica al matrimonio en el islam, con lejos el tema mejor tratado y que por sí solo merece la adquisición del libro. Señala las diferencias en el concepto de matrimonio entre los orígenes del islam y nuestros días, y se detiene en todos los conceptos básicos para entender esta institución: el compromiso (خطبة), la dote (مهر أو صدقة), las condiciones para que pueda celebrarse el matrimonio, los derechos de los cónyuges, la poligamia y el divorcio (طلاق) y el repudio, todo ello a la luz de varios ordenamientos jurídicos árabes actuales, lo que dice la tradición y las diferentes escuelas jurídicas y lo que algunos reformistas propusieron y proponen para hacer del matrimonio una unión más justa. Sin olvidar mencionar la situación de la mujer y las desigualdades manifiestas entre hombres y mujeres en torno al matrimonio y el divorcio.
No se limita Waleed Saleh al matrimonio canónico, sino que aborda, también con toda la minuciosidad que le permite el escaso espacio, otras controvertidas modalidades de matrimonio menos conocidas, como son el matrimonio de placer (نكاح المتعة) o temporal («la formalización, por mutuo acuerdo, de un contrato matrimonial cuya inscripción en el registro civil no es obligatoria. Ambos contrayentes establecerán el periodo de validez y la dote que el hombre ha de entregar a la mujer; una vez expirado el plazo predeterminado, el contrato se rescinde», p. 155), su origen histórico, sus modalidades, las condiciones para su celebración, la postura de los juristas y su resurgir actual como “mal menor” frente a otros problemas como la prostitución o las relaciones prematrimoniales y extramatrimoniales. «El sentimiento de la sociedad musulmana hacia al-mut’a es hoy contradictorio; hay quienes lo consideran una especie de prostitución y quienes ven en él una obra que satisface a Dios» (p.166).
Otras polémicas e interesantes modalidades de matrimonio secreto (es decir, no presentado ante el Registro Civil) son el matrimonio-donación (زواج الهبة), que han hallado «algunos religiosos, —quizá convendría llamarlos comerciantes de religión—», cuyo objetivo es «satisfacer los instintos sexuales del hombre» (p.170); el matrimonio-visita (زواج ال مزير) o de día (زواج النهاريات), «un matrimonio secreto entre un hombre generalmente casado y una mujer que no ha tenido la oportunidad de contraer matrimonio al modo tradicional» (p.171); el matrimonio turístico («en una casa se formaliza la transacción y se elige a la mujer entre un amplio surtido: solteras, vírgenes, separadas, divorciadas, mujeres estériles… Un abogado redacta el contrato matrimonial y bendice el enlace legalizado con una duración idéntica la periodo de vacaciones del turista», p.174) y el matrimonio privado (الزواج العرفي), «probablemente la modalidad más extendida […], una denominación moderna que indica que el contrato, aun no siendo registrado, cumple los requisitos canónicos exigidos por la ley» (p.174).
Cierra el libro un análisis del hiyab: lo que dice el Corán y el Profeta, y las diferentes maneras de interpretarlo («el islam tradicional y primitivo, junto al Corán y la Sunna, sus dos fuentes básicas, difieren en muchos aspectos del islam de los clérigos y los alfaquíes que se esfuerzan en incrementar las trabas, las condiciones y las limitaciones en la vida de los musulmanes», p.208), el uso de otras prendas como el nikab o el burka y el fenómeno en la actualidad, tanto en oriente como en occidente.
Como se puede comprobar, la profusión de temas tratados es considerable, lo cual es de admirar. El tamaño de la obra obligaba a ser breve, generando en ocasiones una sensación de coitus interruptus (ya que estamos con el campo semántico) que es paliada por una plétora de referencias que puede consultar el interesado. A propósito, gran parte de las fuentes son árabes.
Se agradece también que no se caiga en el buenrollismo, tan común, de representar el islam como una religión del todo justa donde la desigualdad no existe. El autor denuncia cuando es necesario las injusticias y abusos más evidentes, sobre todo en lo que respecta a la situación de la mujer: «se siguen encontrando hombres que justifican su discriminación y normas sociales que la avalan. Se la sigue considerando un ser inferior, lleno de defectos, incompleto […]. El hombre es superior en fuerza física y juicio. La seriedad del problema es extrema, se trata del valor de la mujer como persona, porque estos conceptos dogmáticos de la Sharí’a insisten en la inferioridad intelectual de la mujer, cuestionan su capacidad de actuar como persona libre e independiente y de este modo justifican la privación de sus derechos básicos, reconocidos desde hace tiempo en el resto del mundo» (p. 196).
En contrapartida, es una obra que prima un tratamiento teórico (lo que dice el islam y cómo se ha interpretado), y no arroja apenas luz sobre la situación social actual (cómo viven los musulmanes cada uno de los aspectos tratados). A nuestro juicio, sobran muchas de las referencias a obras clásicas, que son muestras de erudición innecesarias y no siempre clarificadoras, y hay una urgente carencia de un tratamiento que se aleje de los libros y se acerque a la gente. Se detiene con profusión de detalles en la poesía árabe clásica o los tratados médicos medievales, pero sin mencionar (o nombrando apenas de pasada) la enorme frustración sexual palpable en la mayoría de las sociedades musulmanas, el surgimiento de una “escena gay” en algunos países árabes y musulmanes, los ocurrentes usos amorosos en países donde se aplica un islam más restrictivo, como Arabia Saudí, etc. Otra obra se haría necesaria para cubrir esas lagunas.
Con eso y con todo, es una lectura recomendable: es instructivo e interesante, fácil de leer y digerir, divulgativo pero serio, en el que abundan las citas y referencias, y que clarifica muchos aspectos del islam oscuros o de conocimiento poco accesible.
6 Comments
Buen blog y página de FB! Mi fuente favorita para la práctica de árabe es euronews.com. Son videos cortos de 1-2 minutos e incluyen el texto locutado. Además de árabe, lo mismo está también disponible en 12 idiomas más.
¡Gracias por los ánimos y la recomendación! Le echaremos un vistazo. ¡Un saludo!
Chicos, enhorabuena por el blog, lo primero; es muy interesante. Yo soy también licenciada en TeI por la Autónoma y ahora mismo estoy en 2º de Casa Árabe (he leído que mencionabais por ahí las dos instituciones ;D), quería preguntaros cuánto habéis estado estudiando árabe/dónde y qué métodos autodidactas (porque en esto siempre hay una gran parte autodidacta, ¿o no?) habéis utilizado o habéis visto que en el caso del árabe os ayudasen a mejorar más y de una forma más rápida, ¡si no os molesta decírmelo, claro! Quiero complementar lo de Casa Árabe y cubrir más conocimientos (culturales, gramaticales, de vocabulario, ¡los que sean!) y pregunto porque como claramente tenéis más experiencia en esto, quizás me podáis ayudar si tenéis un minuto para responder 🙂
¡Mil gracias desde ya! Un saludo y que todo vaya bien por allí, os seguiré leyendo 🙂
¡Hola, Elena!
Gracias por tus cálidas palabras, nos animan muchísimo a seguir, y nos alegra “servir de ejemplo” y demostrar que con el árabe se puede, aunque tengamos que enfrentarnos de tanto en tanto a crisis de “esta lengua no es para mí”.
En Madrid estudiar árabe es a la vez fácil y difícil. Fácil porque tienes alternativas a tu alcance. Difícil porque escojas lo que escojas nunca va a bastar, porque va a adolecer de algo. Por lo general, según nuestra experiencia, estudiar árabe es como taparte con una manta de tres picos: gramática, uso y vocabulario. Si tiras de uno de los picos te destapas de los otros dos. Los métodos que hemos probado son (me refiero a clases presenciales):
– Clases de lengua C en la UAM. No sé cómo serán ahora, pero en nuestros tiempos tenía un peso enorme la gramática. Lo cual fue bueno, porque nos dotó de unas bases firmes sobre las que luego fuimos construyendo nuestro aprendizaje, pero en cambio pasamos el primer año prácticamente sin ser capaces de tener una conversación de lo más simple.
– La academia Iqra, cuyo método se basaba en el diálogo constante. Nos ayudó muchísmimo a soltarnos, y estamos muy satisfechos de nuestro paso por ella, pero la gramática se descuida un poco.
– Casa Árabe, en la que, como creo que comentamos por ahí, entramos directamente al nivel V, que se inauguraba ese año, y se basaba en el árabe de prensa. Enriquecimos nuestro vocabulario enormemente, pero los alumnos que venían de hacer los años anteriores no estaban muy satisfechos con el método (النافورة, creo). Si no me equivoco, ya lo han cambiado (pero eso lo sabrás tú mejor que yo).
Como ves, hay que ir contrarrestando de un lado o de otro, y, en efecto, entra mucho en juego el autoaprendizaje si quieres progresar. De entre las cosas que hemos utilizado que te pueden inspirar:
– Cuentos en árabe para niños, vocalizados. Leer en voz alta parece una tontería, y muchas veces lo descartamos o nos da pereza, pero ayuda mucho a ganar velocidad leyendo, flexibiliza la pronunciación, introduce inconscientemente estructuras en la cabeza y automatiza la vocalización.
– Ya sé que es un tópico, pero hay que habituar el oído y escuchar mucho árabe, así mejoras la comprensión (obvio) e introduces expresiones y estructuras en la cabeza sin darte cuenta. Yo me bajaba los podcasts de BBC extra y los escuchaba en el metro o en el gimnasio. Es un programa de noticias. Si el tema no te va o el nivel te abruma un poco ahí están los dibujos animados y las series para niños (prefiero las series, porque los dibujos suelen estar doblados con voces infantiloides estridentes que no hay quien entienda). Yo veía online una serie en الجزيرة للأطفال que se llama أنا وإخوتي, que no es que fuera la mar de divertida, pero entretenía.
– Hay una publicación de la Escuela de Traductores de Toledo (el año pasado la vendían en la librería de Casa Árabe, seguramente aún queden, y no era para nada caro), que se llama Árabe de prensa. Método para la comprensión auditiva y escrita (de Juan Carandell, Jaime Sánchez Ratia y Ahmed Teziti). Se trata de una serie de noticias breves traducidas al español, acompañadas de un cd de audio. Puedes usarlo de muchas maneras: para aumentar tu vocabulario (tiene una distribución muy inteligente del vocabulario, ordenado según frecuencia de uso), para la comprensión auditiva, para la comprensión escrita, e incluso para leer en alto y comprobar tu lectura con la grabación.
– Hace no mucho ha salido un libro de Waleed Saleh que se titula Historias jocosas de Yuha. Le he echado un vistazo y está muy bien. Son cuentos en árabe con ejercicios y un cd de audio. Además de ser una edición muy agradable, los textos van acompañados de cantidad de observaciones y aclaraciones sobre léxico y, sobre todo, gramática.
– Para reforzar la gramática, la verdad que no sé, porque no he tenido que buscar, pero básicamente entra a base de hincar los codos.
Espero haberte dado ideas 😉 Mucho ánimo y bienvenida, estamos encantados de leerte por aquí. ¡Un beso!
PD: A la menor oportunidad que tengas de aprender un dialecto, no lo dudes y adelante.
¿De qué año es la primera edición?
Hace poquito, si mal no recuerdo 2010 (no tengo ahora acceso al libro).