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Árabe fusha y árabe dialectal: ¿Diglosia o bilingüismo?

¿Estuviste viviendo en Líbano? Sí. ¿Y cuanto tiempo llevabas estudiando árabe? Cuatro años. Ah, o sea, que con la lengua te apañaste perfectamente, ¿no?

Llegados a este punto puedes mentir, y asentir con la mejor de tus sonrisas, o darle la chapa al pobre que preguntó por cortesía y resumirle la situación lingüística en los países árabes, y la convivencia del árabe moderno y el árabe dialectal. Y sí, digo chapa porque cualquiera que te escuche pensará que te estás tirando el pisto. La pregunta es simple, la respuesta no tanto.

Tras una breve explicación de la importancia de la variedad dialectal y de cantidad de frustración y de anécdotas divertidas que pudo generar durante tu estancia en el país en cuestión, algunos quieren saber más e intentan incluso compararlo con realidades que conocen, a otros tan solo les resulta curioso y te agradecen la explicación. Lo que da que pensar es que al menos el 90% llega a la misma conclusión: Vamos, que es como si hubieras aprendido dos lenguas ¿no?

He ahí el dilema.

La dialectología tradicional sostiene que los dialectos derivan de una lengua anterior, homogénea, que se ve afectada por diversos factores: lingüísticos y extralingüísticos. Al igual que una protolengua da lugar a diversas lenguas hijas, una lengua homogénea da lugar a diversos dialectos, viéndose limitado este proceso de multiplicación de variantes solamente por los factores extralingüísticos (guerras, invasiones, cambios políticos).

Los dialectos son variedades de la misma lengua que han desarrollado diferencias fonológicas, gramaticales y léxicas y que además, según Chambers, vienen definidas generalmente por el carácter hablado, la falta de tradición escrita y por un requisito: la comprensión mutua.

A medida que uno va descubriendo un dialecto se plantea dónde está la línea que marca la diferencia, en qué momento un dialecto deja de ser dialecto para pasar a ser una lengua. Como estudiantes de árabe y de libanés, Tony y yo hemos discutido mil y una veces sobre el tema. Mientras él considera que las diferencias lingüísticas existentes entre las dos variedades son más que suficientes como para otorgar a ciertos dialectos la categoría de lenguas, yo me mantengo firme en su todavía estrecho vínculo con el árabe fusha y en la necesidad de muchos hablantes de dialecto de recurrir a este cuando las conversaciones se centran en cualquier ámbito de especialidad. Por otro lado, si bien la tradición oral del dialecto y su casi inexistente presencia en la literatura escrita podría hacer que nos decantáramos por una de las posturas, la reciente proliferación de numerosas producciones literarias escritas en dialecto y su presencia cada vez mayor en la publicidad y los medios de comunicación nos lleva a pensar que probablemente el comienzo de una tradición dialectal escrita no sea más que cuestión de tiempo.

No obstante, si como afirmaba Chambers los dialectos han de ser inteligibles entre sí, ¿por qué un libanés asegura no entender ni una palabra de lo que dice un marroquí? «Punto para Tony» pensé nada más leer la definición. Más tarde descubrí la “teoría de las ondas” y el concepto de continuum dialectal de los que habla la dialectología regional y que se basan en el carácter acumulativo de las diferencias lingüísticas. Dicho de otra forma, el lugar de origen del idioma será el punto de partida desde el que comenzarán a surgir las diferencias lingüísticas, que aumentarán cuanto más lejos nos encontremos del punto de partida. Por tanto es muy posible que los dos extremos de esta cadena no se entiendan, pero siempre estarán conectados por una cadena de inteligibilidad mutua. Las variedades de las áreas dialectales adyacentes siempre serán inteligibles, y no existirá ningún punto de ruptura lingüística, creándose así un continuum dialectal.

 La situación en los países árabes se ha definido tradicionalmente como una de diglosia, que según la definición de Ferguson, impulsor de este concepto, se refiere a una «situación de la lengua relativamente estable en la que, a los dialectos ya existentes en la lengua (entre los cuales puede haber uno o más dialectos regionales estándar) se les viene a superponer otra variedad ―muy diferente a aquellas y altamente codificada (en general mucho más compleja gramaticalmente) y medio de expresión de una literatura escrita, perteneciente a una época anterior o a otra comunidad de hablantes― que resulta ser el objeto de la educación oficial y el instrumento empleado para todos los fines escritos o de habla formal pero que, sin embargo, no es utilizada por ningún sector de la comunidad de hablantes en sus conversaciones ordinarias».

Sin embargo, esta definición no resultó lo suficientemente precisa para otros lingüistas de la época, que propusieron nuevos términos para designar aquellas situaciones de diglosia en las que la “variedad alta” y la “variedad baja” son dos lenguas diferentes que no comparten su función en la sociedad, acercándose así los conceptos de diglosia y bilingüismo. ¿Con que caso identificaríamos la situación lingüística del árabe en la actualidad?

Como último apunte, es necesario recordar que la colonización dejó como herencia en muchos de estos países una tercera variedad lingüística, completamente diferente a la que entonces existía allí, y que por motivos extralingüísticos gozó de un prestigio inusitado. Hoy en día esas lenguas continúan estando muy presentes en esos países; su enseñanza se promueve y su uso es constante, tanto en lo oral como en lo escrito.

Por mi experiencia creo poder afirmar que la mayoría de los beirutís que conozco cometerían más faltas en árabe fusha que en francés. Muchos de ellos se sienten incómodos manteniendo una conversación en árabe mientras incorporan con naturalidad palabras y frases en francés en su discurso cotidiano. Entonces, ¿qué papel juegan estas “terceras lenguas” en la realidad lingüística de estos países? ¿Podrán de alguna forma sustituir al árabe fusha como lengua común de comunicación? ¿Contribuirán de alguna forma a su desuso y como consecuencia los dialectos ganarán fuerza para ser definitivamente considerados lenguas independientes?

Personalmente, considero que son muchas las razones históricas, religiosas y culturales que vinculan al hablante de árabe con su lengua, y quiero pensar que estos fuertes lazos resistirán a circunstancias como el tiempo, los cambios y estrategias políticas, o la influencia de otras lenguas.

No hace falta decir que este post está pensado para que todos (estudiantes y profesores, españoles y árabes, expertos e interesados) opinéis. Mi objetivo es que compartáis con nosotros vuestros conocimientos e impresiones para que así todos nos enriquezcamos con vuestras aportaciones.

¡Esperamos vuestros comentarios!

5 Comments

  1. Tony Galán says:

    Yo no niego la existencia de un continuum que une a fusha y dialectos como dos caras de una misma moneda. Por un lado está el continuum “interdialectal” del que habla Ana, el que consigue que los dialectos contiguos sean mutuamente inteligibles y que no exista una brusca ruptura lingüística en ningún punto entre el Atlántico y el golfo de Omán. Por otro lado está ese flujo que se nutre de ambas variedades, la alta y la coloquial, y que utilizan los hablantes nativos cuando quieren usar un registro elevado sin sonar artificiales, como en el video que comparte Aram.

    Sí, el árabe estándar y los dialectales son dos caras de una misma moneda. Sí, el uso que hacen los hablantes de ellas nos obligan a aprender ambas y discernir su uso, sin enjuiciar. Sí, al estudiar “árabe” hay que estudiar las dos variedades.

    Ahora bien, en mi opinión, esto no implica que un dialecto no sea una lengua. El árabe estándar y la variedad de cada región conviven, cada uno tiene sus cometidos, que no son intercambiables (aún), pero no son lo mismo.

    Cojamos un dialecto, cualquiera. No hace falta que sea el marroquí (el más “periférico”), sino otro más cercano al fusha(por cierto, ¿no os parece curioso que la mayoría de los hablantes considere su variedad como la más cercana al fusha?). ¿Por qué una persona que lleva años estudiando el árabe estándar no entiende ni papa de lo que hablan los árabes? Porque son dos lenguas distintas.

    ¿Por qué un libanés analfabeto no puede hablar fusha? Y fijaos que no digo que no sea capaz de elevar el registro… La cuestión es que no puede hablar esa variedad. ¿Por qué? Porque son dos lenguas distintas.

    Son complementarias, se necesitan la una a la otra, se nutren la una de la otra… pero son diferentes. Mucho.

    Que a una la coronemos como “lengua” y a la otra la consideremos simple “dialecto” es una cuestión de prestigio, tradición y poder. Como bien dice Amaia, los dialectos tienen la suficiente entidad lingüística (reglas gramaticales propias, un considerable volumen léxico propio, etc.) como para ser consideradas lenguas, ni más ni menos.

    Otros temas son el de la convivencia de ambas, la conservación y transmisión del legado cultural, la necesidad de mantener una lengua franca en el mundo árabe… No soy un nazi que quiera borrar el fusha del mapa, darle todo el poder a los dialectos y aupa la revolución. Tampoco resto utilidad y vigencia al árabe estándar. Tan solo opino que son cosas diferentes.

    • Aram says:

      -¿Por qué una persona que lleva años estudiando el árabe estándar (sic.) no entiende ni papa de lo que hablan los árabes?:
      Porque lo que le han enseñado es pura ficción
      -¿Por qué un analfabeto no puede hablar fusha?:
      Porque lo que caracteriza a una persona culta es el poder comunicarse usando todos los registros de la lengua y a un analfabeto es el tener una lengua tan pobre y restringida que, en ciertas situaciones, no consigue comunicarse con competencia y fluidez en su propia lengua.
      En mi opinión el manual الكتاب في تعلّم العربية comete el error de enseñar a decir “lo mismo” en ambos registros y como tú dices muy bien “cada uno tiene sus cometidos, que no son intercambiables” No se solapan, cada uno tiene su contexto y su situación comunicativa.
      Aram

  2. Amaia says:

    ¡Muy interesante Ana! 😉 En mi opinión, la línea que separa un dialecto de una lengua es tan fina que a la hora de definir como tal una variedad lingüística priman a menudo motivos sociales, políticos, religiosos…y no lingüísticos. Me explico.

    Lingüísticamente hablando creo que no habría que tener miedo en llamar a los “dialectos” árabes, lenguas. Como estudiante de árabe creo que las diferencias lingüísticas regionales en el mundo árabe respecto al fusha pueden llegar a ser abismales en algunos casos. Estas variedades cuentan con una gramática y estructuras propias, que difieren mucho entre sí ¿Qué impide entonces que sean considerados como lenguas?

    Pensar que definir los dialectos árabes como lenguas, normalizando así sus reglas (gramática, ortografía, etc.) podría ir en detrimento del fusha, me parece un error. Al contrario. Creo que sería un impulso al uso del árabe, frente a terceras lenguas (francés, inglés…). El fusha siempre será la lengua común a todos los países árabes, que puede convivir perfectamente con la lengua de comunicación corriente de cada región.

    Está claro que no se puede generalizar. No se puede comparar la relación que puede tener un marroquí con el fusha, que la que puede tener un sirio, por ejemplo. Cada región tiene sus particularidades a este respecto y para hablar de este tema en profundidad habría que analizar la situación lingüística de cada país.

    Respondiendo a tu pregunta Ana creo que es una cuestión de tiempo. Como decía al principio hay motivos religiosos, culturales, etc. que ralentizan el proceso, pero posiblemente terminará llegando de forma natural.

    Dicho esto, suscribo lo que dice “Aram”, en cuanto a que nuestro cometido no es corregir, sino aprender a comunicarnos como lo hacen ellos, totalmente de acuerdo

  3. Aram says:

    Es verdad, como dices, “ que la mayoría de los beirutís cometerían más faltas en árabe fusha que en francés”. Algunos, a pesar de su posición social, tienen mucha dificultad con الفصحى y cuando se ven en la situación de pronunciar un discurso, se les acaba el agua:
    http://www.youtube.com/watch?v=lA3QIrkp-3c
    Ja, ja, ja! Pero ya afirmar que hay “situaciones de diglosia en las que la variedad alta y la variedad baja son dos lenguas diferentes” me parece que no es realista.
    Lo normal en todos los países, es que la situación comunicativa, o el estatus de los interlocutores, condicionan el registro, son situaciones como esta:
    http://arabic.euronews.com/2012/03/26/sanctions-on-syria-can-they-help-topple-a-regime/
    en la que el locutor, en su papel formal e institucional del medio de comunicación, respeta الفصحى y el entrevistado, a pesar de ser el ex-presidente del país, para mostrarse más cercano y comprensible, mezcla con toda naturalidad las dos variedades, sin necesidad de intérpretes, por cierto.
    Una vez más, insisto, nuestro trabajo es aprender a comunicarnos como lo hacen ellos y no tratar de corregir cómo, en nuestra opinión, deberían de hacerlo.
    ¿No te parece, Ana?

    • Ana Iriarte says:

      Desde luego Aram, y eso es lo que tienen que tener presentes los educadores de árabe en todo momento.

      Me parece que cuando los lingüístas que corregían a Ferguson hablaban de esas situaciones en las que “la variedad alta y la variedad baja son dos lenguas diferentes” se referían a las situaciones de países en los que por motivos extralingüísticos (colonizaciones en su mayor parte) las lenguas autóctonas se vieron relegadas a un segundo plano al imponerse la lengua de los colonizadores como lengua oficial. Creo que se referían a situaciones como las de Chile, Argentina o Perú (con el mapuche el guaraní o el quechua respectivamente) en los que las lenguas indígenas fueron perdiendo fuerza a medida que se impuso el español como lengua oficial, o como la de Puerto Rico, donde inglés se impuso a sus habitantes, hispanohablantes (que posteriormente han luchado por mantener viva y actual su lengua materna).

      En cualquier caso, sería casi imposible etiquetar las situaciones de ciertos países como de diglosia o de bilingüismo, no olvidemos que son conceptos muy cercanos (hasta etimológicamente significan lo mismo, aunque la primera sea un cultismo latino y la segunda griego).

      Lo que está claro es que no hay que caer en generalizaciones fáciles muy comunes en las definiciones, como cuando se afirma que la variedad alta tiene gramática pero la variedad baja no: los dialectos árabes sí tienen gramática, la diferencia es que aún no se ha descrito ni normalizado.
      Cada país tiene una situación lingüística particular, personal e intransferible, moldeada por factores históricos, religiosos y culturales. Generalizar en temas así es un fracaso seguro.

      El debate que me gustaría plantear es: ¿Cuán lejos veis el fusha de los dialectos? ¿Cuán cerca veis el momento en el que el marroquí (por ejemplo) se erija como lengua oficial de Marruecos?

      Por cierto, unos videos estupendos que ilustran a la perfección tu aportación 😀

      ¡Mil gracias!

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