Aunque de por sí el árabe no guste mucho de usar onomatopeyas tal y como las empleamos nosotros («tic, tac, tic, tac, ¿aún no adivinas?»; «el perro hace guau»; «y ¡boom!, se convirtieron en Chocapic», por ejemplo), lo cierto es que es una lengua con una relación muy especial con los sonidos. No solo cada letra transporta unas connotaciones determinadas, como la ه (que suele remitir a lo divino) o la غ (que tiene un tinte de “perversidad”), sino que […]